FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LA MERCED
24 de septiembre. Fiesta de precepto en Barcelona
(sólo texto, para imprimir)
En
castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no
corresponde con el sentido originario de la advocación.
El
significado del título "Merced" es ante todo "misericordia".
La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa
que recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús
misericordioso.
El
título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa
de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. En esa
época muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono
estaban en peligro de perder lo más preciado: la fe católica. Nuestra bendita
Madre del Cielo, dándose a conocer como La Merced, quiso manifestar su
misericordia hacia ellos por medio de dicha orden dedicada a atenderlos y
liberarlos.
Pío IX
declaró patrona a la Virgen de la Merced de la Diócesis de Barcelona, el año
1868. Es además patrona de los cautivos (presos) y de muchos países de
Latinoamérica.
La talla de la imagen de la Merced que se venera en la basílica de la Merced
de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. En
catalán "Mare de Déu de la Mercè", Madre de Dios de la Merced.
En el
año 1696, el Papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a
toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. Pero a raíz de la reforma
litúrgica del concilio Vaticano II, en el año 1969 la fiesta se suprimió del
calendario universal.
Explicación
del evangelio
Boda en Caná (Jn 2,1-12)
Celebramos hoy otra manifestación de Jesús.
La primera ha sido a los magos en la fiesta de la Epifanía, la segunda, en el
río Jordán, el bautismo de Jesús, y la tercera en un pueblo de Galilea llamado
Caná.
La boda de Caná de Galilea
Las bodas en un pueblo pequeño, como era
Caná de Galilea, se prolongaban durantes varios días y eran muchos los
invitados. Una boda era una fiesta para todo el pueblo y, posiblemente muchos,
que no habían sido invitados, también iban a felicitar a los novios y a beber
un vinillo.
Parece ser que los invitados bebieron más de
lo que estaba previsto o, que tal vez, hubieran más personas de las que habían
invitado.
Probablemente, la familia era pudiente,
porque al frente del banquete había un "mayordomo" de servicio y los
camareros.
Presencia de Jesús en las bodas de Caná
Imaginaos que entramos a la sala de los
invitados cuando se celebraba la fiesta de la boda de Caná, y nos fijamos en
todos los invitados que están sentados a la mesa, cantando alegres en medio de
un gran alboroto, y preguntamos a Jesús porqué ha ido a la fiesta, la respuesta
de Jesús podría ser porque lo hubieran invitado. Entonces vemos a Jesús que
hace un buen papel, habla, ríe, canta como los demás invitados y, finalmente
realiza su primer milagro: Convierte el agua en vino.
Jesús, permitidme la expresión, era una
persona muy normal, como nosotros, aunque era Dios participa en la fiesta, como
los demás invitados.
Presencia de María en las bodas
María también era una invitada más, y
también hacía un buen papel. Podemos imaginarnos a María sentada la mesa,
hablando, cantando y riendo y, quizás, ayudando a los sirvientes.
Petición de la madre al hijo
Llega un momento en que la madre de Jesús,
(las mujeres siempre son más observadoras que los hombres), se da cuenta de que
algo pasa, y llamando a uno de los criados le pregunta, y éste le responde que
se ha acabado el vino.
El vino en una fiesta de boda era muy
importante. Actualmente tampoco puede faltar el vino y el champán.
Una boda sólo con agua quedaría
"aguada", como vulgarmente se dice.
La madre de Jesús se imaginó la vergüenza
que pasarían los novios. En los pueblos, que todo se comenta, posiblemente
aquellos novios podrían pasar a la historia como los novios a los que los
faltó el vino el día de su boda. Para evitarles un disgutoen se intervino
Maria.
María, indirectamente, pide un milagro a
Jesús
María conocía el poder de Jesús,por eso se
le acercó y sólo le dijo estas palabras: No les queda vino (Jn 2,3).
Jesús, que era muy inteligente, comprendió
enseguida por dónde iba su madre y le respondió: -Mujer, no intervengas en
mi vida, mi hora aún no ha llegado (Jn 2,4). Pero María, a quien no le
faltaba inteligencia y, como todas las madres, conocía muy bien a Jesús, dijo a
los criados: -Haced lo que él os diga (Jn 2,5). Son las únicas palabras
que sabemos dijo la Madre de Jesús. Para nosotros, que amamos tanto a María,
estas palabras son una norma práctica de vida.
El milagro de Jesús
Ya sabemos el resultado. Jesús obra su
primero milagro en unas bodas, por no "aguar" la fiesta, así que
continuar con cantos, gozo y alegría propios de una fiesta familiar.
Seguramente que ninguno de nosotros hubiera
imaginado que el primer milagro de Jesús, para demostrar su divinidad, hubiera
sido convertir el agua en vino. Ningún hombre puede hacerlo y Él lo realizó en
esta fiesta de la boda de unos novios amigos suyos y de su Madre, con tanta
sencillez.
Aplicación de la palabra de Dios
La palabra de Dios siempre ha de ir
encaminada a nuestra vida práctica. La Virgen María hubiera podido pensar que
ella no tenía nada que ver en la falta del vino, era una invitada más, pero no,
se levanta y pide un milagro.También en nuestra vida nos encontramos en
circunstancias parecidas. No nos falte:
el vino de la salud,
el vino del trabajo,
el vino de la paz
familiar,
el vino de la amistad,
el vino de la alegría,
el vino de la
esperanza,
el vino de la ilusión,
etc.
No digamos nunca: ¡No es mi problema!, sino todo lo contrario,
Antes de acabar felicitaremos a María por el gran ejemplo de solidaridad
que nos dio, pidió a Jesús ayuda para los novios que no tenían vino. Que Jesús
no falte en nuestras fiestas, bodas, bautismos, aniversarios etc. Que creamos
en Jesús con mucha fe, como los discípulos creyeron en Él.
Maria, Virgen de la alegría, ruega por nosotros.
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